dime tú...

pensándolo bien.... sabis que no me acuerdo qúe me parece. de repente puede haber sido un big mac o un troglodita de los peores, de aquellos que entierran cada pedazo de modalidad novedosa y articulada, para compartir nuestras virtudes, y difundirlas diariamente mediante los versos que salpican nuestras emociones y recepciones compartidas y fugaces. quizás es un puerto de carteles independientes y rozantes de la marginalidad pirata e hiriente de nuestros corazones.

rock, pop, da lo mismo. ron, top o música, es diferente. si te siento puerco, te alejaré, y daré la vuelta en aquella esquina con mil puntas de lanza y acomodados asientos de la platea del espectáculo funesto de la máquina simbólica de la que tanto hablan todos los tarados que piensan que andar en tren es mejor o peor que recorrer distancias humildemente y sin tanto prejuicio con la web de conversaciones pendientes que quedan entre nos. sin duda, primero está la belleza de la juerga selvática que nos rodea y nos deja babeando y con la boca exhausta de sabores amargos y colibríes sin fronteras.

fuego y cordillera se unen en este pedazo de asociaciones sin destino que pueden no ser cómodas, ni gratificantes pero que nos abren y rajan nuestras neuronas.

tecito, cafecito, aspirantes de la nobleza, pinganillas y demases, mámense su vida y la del resto, que para eso les pagan los des-graciados de la televisión, y la mafia siciliana. me creo el hoyo del pantalón por mirarte así, y se sigue rajando, y sigue y sigue. no sé cómo detenerlo. la lengua me irrita la caja de sonidos culturales y androcéntricos. pero si la saco afuera y pregunto por la señora carmen, seguro alguien me dirá que vive en un circo, en un pantaleón sin visitas, y mediante confecciones logra aguantar su desastre estético y multifacético.

tufo, sobaco, mear, diuca, palabras feas.